PACO
CAVALLER (Twitter: @pcavaller)
Se acabó. El Atlético de Madrid hace
historia y se proclama Campeón de Liga por delante de los todopoderosos
Barcelona y Real Madrid. A estos tres se suma un excepcional Athletic en la
siempre gloriosa aventura de la Liga de Campeones. Sevilla, Villarreal y Real
Sociedad se conformarán (y es motivo de celebración para ellos, seguro) con la
hermana pequeña, la Europa League, aunque castellonenses y donostiarras tienen
rondas previas por delante y verán acortadas sus vacaciones. Osasuna,
Valladolid y Betis viven el drama del descenso, aunque no creo que tardemos
mucho en verlos de nuevo en la élite. Hay que felicitar a los 20 y agradecerles
una Liga BBVA tan extremadamente apasionante.
Tampoco tiene mucho sentido ponerse ahora
analizar aspectos tácticos de la última jornada, pero sí encuentro interesante
hacer una rápida valoración del curso de algunos equipos, especialmente de
aquellos que han logrado en el tramo final objetivos de mérito y que, en
algunos casos, parecían inverosímiles.
Y el primero que me viene a la mente es
el caso del Getafe. El motivo es la mala racha de resultados que sufrió a
principios de este año 2014, cuando el equipo se hundía a ritmo acelerado y las
jornadas sin lograr resultados se sucedían una tras otra. Ni siquiera la
destitución de Luís García Plaza y la apuesta por Cosmin Contra permitieron a
los azulones reconocer, por tenue que fuese, una luz al final del túnel. Pero, a
pesar de no vislumbrar ese final, el equipo creyó, la afición (en contra de lo
que muchos creen) empujó y el equipo ha terminado salvándose. Y ojo porque lo
ha hecho como 13º.
Granada y Almería son dos equipos que han
vivido situaciones muy similares a las del Getafe, si bien sus argumentos futbolísticos
han sido más convincentes a la hora de lograr la permanencia. Han terminado 15º
y 17º respectivamente, pero dudo que alguien ponga en duda que su nivel es de
Primera División. Sin embargo, son clubes que han logrado la permanencia con
muy poco presupuesto. Ha sido un riesgo que ha salido bien porque esa apuesta
barata ha sido generalizada en la zona baja de la tabla, pero, sobre todo en
Almería, la necesidad de reforzar la plantilla de cara a la temporada que viene
es manifiesta.
Todavía me cuesta asimilar el descenso de
Osasuna. Poco se habló a lo largo de la temporada del peligro real que estaba
acechando a los navarros. El club no lo vio claro con Mendilíbar (decisión que
en su día nos pareció a casi todos precipitada) y Javi Gracia recondujo al
equipo en un inicio. Aun así, las semanas han ido pasando y Osasuna fue
dejándose los deberes pendientes, cual niño que se sabe capaz de aprobar estudiando
todo la tarde antes del examen. Y a Osasuna no le salió bien la jugada. Los
rojillos, seguramente aún incrédulos, regresan a la Segunda División de nuestro
fútbol, un pozo en el que, si no sales bien pronto, puedes empezar a hundirte.
Lo mismo le sucede al Valladolid, si bien
su carencia de buenos resultados podía hacernos presagiar un final así. Veremos
cuál es el proyecto en Pucela a partir de ahora, pero es cierto que las cosas
no han ido bien a lo largo del curso. El club franjivioleta ha confiado
ciegamente en JIM y este pudo salvar al equipo hasta en la última jornada, pero
cayó derrotado en ese dramático duelo directo ante el Granada. Jugándose la
vida, el Valladolid no jugó a nada, reflejo, un poco, de lo que ha sido su
temporada.
Poco se puede decir del Betis que no hayamos
dicho ya aquí. Insisto en mi idea de que parecía que estuviera escrito que los
sevillanos debían descender. Probablemente, este Betis juegue al fútbol mucho
mejor de lo que lo hacen otros que ni siquiera han sufrido por permanecer en
Primera. Antes dije que del pozo de la división de plata hay que salir lo antes
posible. El Betis sabe de lo que hablo.
Elche y Rayo llegaron a la última semana
con los deberos hechos. Los madrileños recibían al Getafe y (yo no sé qué clase
de maletín estaba en juego) se dejaron la vida por intentar descenderlo.
Precisamente la situación de vallecanos y getafenses fue muy parecida en los
primeros meses del 2014. El “sí se puede” ha sido muy utilizado en Vallecas en
momentos claves. El equipo ha tenido que salir varias veces del vestuario tras
un partido porque su afición seguía aplaudiéndole y cantándole en la grada. El
Rayo es, con mayúsculas, equipo de Primera y su afición, todavía más. Por su
parte, Fran Escribá se ha consolidado como uno de los técnicos a tener en
cuenta en esta Liga. Ha mantenido regular a un Elche con una plantilla que,
también es cierto, es de considerable nivel. El gran trabajo de la dirección
deportiva ilicitana ha dado sus frutos. Mi más sincera enhorabuena para todo Elche.
Es increíble lo del Espanyol. En ciertos
momentos peleaba con los equipos valencianos por puestos europeos y al final ha
terminado quedando por debajo de otros como Getafe. Ha sumado 42 puntos, sólo
dos más que el descendido Osasuna, y su desplome ha sido tal que, de haberse
alargado un par de semanas más la competición, probablemente hubiese terminado
en el abismo.
Francamente felices pueden estar en
Málaga y en Valencia (en este caso en el lado ‘granota’). Los de Schuster han
cumplido con creces el objetivo de la salvación (han sido 11ºs en una temporada
que iniciaba con innumerables fugas en el equipo costasoleño). Nunca es fácil
reestructurar una plantilla cuando se te marchan sus pilares, su columna
vertebral. Schuster, a pesar de haber sido pitado, ha sido capaz de ello. La
labor de Caparrós en el Ciutat también ha sido gigantesca. Basado en su ya
clásica pizarra, el técnico ex de Athletic y Sevilla entre otros ha hecho de
este Levante un equipo que compite contra prácticamente cualquiera. Pudo soñar
con Europa y al final se pudo plantear ese pequeño reto de acabar, por primera
vez en la historia, por delante del vecino mayor.
No lo lograron, pues el Valencia acabó 8º
con sólo un punto más. La mala fortuna en la Europa League fue el colofón a una
temporada para olvidar en un Valencia que, en ocasiones, ha estado más
pendiente de lo que sucedía fuera de los terrenos de juego. Ahora al fin esa
historia ha acabado. Peter Lim ha comprado el club. Era la apuesta continuista
y se espera que se planifique con mayor rigurosidad y acierto el próximo curso.
Precisamente entre los dos conjuntos
valencianos se ha colado el Celta de un Luis Enrique que ya sabemos que en la
14/15 entrenará al Barça en un reto mayúsculo. El caso de los celestes es el
contrario al de los periquitos. Con el claro y exclusivo objetivo de salvarse, el
Celta ha ido jugando un fútbol de ensueño, con jugadores (muchos muy jóvenes)
de abundante calidad técnica y táctica, y ha ido sumando puntos casi sin darse
tregua. Digo lo mismo que dije en el caso del Espanyol: de haberse alargado la
Liga, a saber dónde habría terminado este Celta.
La temporada de la Real Sociedad arrancó
con muchas dudas, sobre todo por el mal juego mostrado en algunas jornadas de
Liga y en prácticamente todas en Europa (sólo recuerdo el buen partido e
injusta derrota en Old Trafford). Aun así, la Real de Arrasate se ha rehecho y
ha logrado el objetivo de entrar en Europa League, aunque tendrá que jugar dos
rondas previas.
Lo del Villarreal ya merece palabras
mayores. Ha sido sexto. Jugará una ronda previa de la Europa League. Pero es
que no podemos olvidar que el ‘Submarino’ viene de jugar en Segunda la pasada
temporada. Tiene buena plantilla, sí, pero también se ha visto claramente
perjudicado por inmensidad de bajas. Marcelino ha tenido la suerte de que las
lesiones ‘se han repartido’ medianamente por todas las posiciones del campo y
ha sabido recomponer su once semana tras semana. El regreso a Europa es un
éxito rotundo.
Como rotundo es también el éxito del
Sevilla de Unai. Ha vuelto a reinar en Europa. Se ha unido a Juventus, Inter y
Liverpool (vaya tres) como equipos con más Copas de la UEFA/Europa League y ha
convencido con innumerables alegrías (como las remontadas en Europa) a su
afición. Los hispalenses empezaron desinflados la campaña, algo en paralelo con
el Valencia, pero, liderados por un Rakitic cuyo valor de mercado se ha
multiplicado tras las 38 fechas, este Sevilla ha maravillado a más de uno y no
ha llegado a la Champions porque en frente tuvo a un Athletic intratable.
Y es que varias semanas antes del final
de la Liga el Athletic ya se sabía matemáticamente equipo de Champions. Y es
que realmente lo es. Sus individualidades no serán muy conocidas en el
continente todavía, pero darán que hablar. Los de Valverde han sido un equipo
extremadamente regular y han merecido con totalidad esta plaza de Champions. El
nuevo San Mamés, a pesar de no estar acabado, ha tenido su peso en este
resultado. Otro de los premios a este inmenso Athletic es la entrada de
Iturraspe en la ‘pre-lista’ de Del Bosque.
Tras tantos desaguisados, el Real Madrid
acabó tercero empatado con el Barcelona. Parece una paradoja, pero me atrevería
a decir que todavía es pronto para decidir si la temporada de este Real Madrid
de Ancelotti ha sido buena o mala. La conquista de la Copa del Rey ante el
Barça fue un alivio, pero el desastre liguero ha sido total. Este Madrid no
está compitiendo realmente en el tramo final de curso. De hecho, me atrevería a
decir que no ha competido de verdad desde la goleada del Allianz. Esa es la
principal diferencia de cara a Lisboa respecto a un Atleti que no ha dejado de
hacerlo en ese ya famoso “partido a partido”. Claro está que ganar La Décima
haría de esta temporada la mejor de todas, la más histórica.
Antes de cerrar estas líneas con el
verdadero protagonista de la Liga, hacemos una última parada en ‘can Barça’
para comentar brevemente la desestabilización de todos y cada uno de los
pilares que mantuvieron a este equipo y a este club en lo más alto del fútbol
mundial. El Barcelona ha tirado la Liga en innumerables ocasiones, no ha
competido, no ha sido rival, no ha tenido ritmo, ni frescura, ni siquiera
estado físico. Gerardo Martino ha fracasado estrepitosamente como motivador y
preparador táctico. No ha sabido perforar al Atlético de Madrid tras seis
encuentros disputados y la Champions le ha venido muy grande. Este Barça era
equipo. No sé si sigue siéndolo, pero, desde luego, no lo parece. Y gestos como
el de la renovación de Messi no ayudan a lograr lo contrario. La esperanza
tiene un nombre compuesto: Luis Enrique.
“Jugando, ganando, peleas como el mejor,
porque siempre la afición, se estremece con pasión, cuando quedas entre todos
Campeón”. Así reza el himno colchonero. Esa frase han escuchado los hombres de
Simeone durante toda la temporada en infinidad de ocasiones. Y sí, fueron entre
todos Campeón. ¿Justo Campeón? Cuestionarlo ya me parece una aberración. Todo
el Camp Nou aplaudió al Atleti tras la última jornada de Liga, pero creo que,
aunque fuera sólo por esta vez, el gesto de la grada del coliseo azulgrana
estaba representando al de toda España y quién sabe si incluso a gente de más
allá. El “partido a partido” fue catalogado como “histórico” por el propio
Simeone y no es para menos. Tampoco voy a dedicar aquí los mil elogios al
Atlético porque ya se ha hecho durante todos estos días. Simplemente le
recomiendo al lector que trate de hacer lo posible por comprender cuán grande
es esto. De aquí a pocos años recordaremos la Liga del Cholo y nos daremos
cuenta de su magnitud. Viajarán a Lisboa para pelearle la Copa de Europa al
Real Madrid. Parece mentira. Lo harán sin Diego Costa. Parece mentira. Pero es
que ya ganaron la Liga en el Camp Nou sin él (y sin Arda). Parece también
mentira. Que haya ganado esta Liga parece, de hecho, mentira. Pero no, no lo
es. Frótense los ojos (una vez más) si quieren. Este Atlético de Madrid eterno
es Campeón de la Liga BBVA 2013/2014. Felicidades, atléticos.